lunes, 3 de enero de 2011

"Navidad" by Coca-cola


Si menciono a un señor llamado Nicolás de Myra (270-345 d.C.) posiblemente no sepan de quien estoy hablando. Y si digo San Nicolás de Bari, pueden que sepan de por donde van los tiros, verdad?
Y más si acompaño con la imagen de arriba.

Pues bien, ese buen señor -fijaos si era bueno, que llego a ser santificado- nació en Patara (actual Turquia) en el año 270 de nuestra era. De padres ricos y fervorosos cristianos, fue educado en la fe. Hombre piadoso, que a la muerte de sus progenitores repartió toda su herencia entre los más necesitados, para después viajar a Myra donde se consagró sacerdote, llegando posteriormente a ser obispo de dicha ciudad.
Luchó contra el paganismo, fue arrestado por el emperador Licinio y posteriormente soltado por Constantino. Participó en el concilio de Nicea y consiguió muchas conversiones gracias a su dulce oratoria. Además tenia por costumbre regalar obsequios a los niños para recordar a todos que en Navidad recibimos el mejor de los regalos a través de Cristo, la esperanza de la Salvación Eterna.

Son muchos los milagros de este santo varón. Protector de las chicas en edad casadera o en busca de marido.
Se cuenta que en cierta ocasión tres jóvenes querían casarse pero su padre no podía pagar la dote correspondiente. Al saberlo Nicolás, y con animo de ayudarlas de manera anónima, dejó caer tres ases de oro por la chimenea. Estos fueron a caer dentro de unas medias de lana que las jóvenes habían colgado para que se secaran (¿Os suena de algo?).

Murió el 6 de Diciembre de 345 en Myra. Pero posteriormente sus restos fueron llevados a la ciudad italiana de Bari, donde reposan actualmente.

Pero ¿como un santo cristiano llega a convertirse en imagen publicitaria de un refresco?

Pues bien, resulta que las "costumbres" de San Nicolás con los niños fueron trasformandose en tradiciones populares en los países europeos a través de los años. Apareciendo, entre otras representaciones, el personaje holandés Sinterklaas.
Por el año 1625 los inmigrantes holandeses viajaron a Estados Unidos y fundaron Nueva Amsterdam -actual Nueva York- y trajeron consigo esta tradición. Extendiendose y popularizandose con el nombre de Santa Claus por todo el pais.
En 1863, el escritor alemán Thomas Nast, describe por primera vez a este personaje como un gordo barbudo bonachón. Y es esta imagen la que vuelve rebotada de nuevo a Europa a mediados del s XIX.
A finales de este mismo siglo un anuncio americano se inventa que Santa Claus vive en el Polo Norte y que se desplaza en trineo tirado por renos...
Llega el año 1931 y Coca-cola encarga al dibujante Habdon Sundblom que dibuje a un Santa Claus más humano y que cambie los tradicionales colores blanco y dorado por los corporativos de la marca: rojo y blanco.

Y tachaaaaan!! Ya tenemos de nuevo a las multinacionales manoseando a su antojo las tradiciones populares. En este caso la Navidad.

Vale, acepto que la imagen de San Nicolás fuese derivando hasta Santa Claus, pasando por Sinterklaas, debido a la tradición popular, a través del espacio y el tiempo. Esto es casi inevitable.
Pero que venga la Lomen Company a decirnos que Santa Claus vive en el Polo Norte?! y que se desplaza en trineo tirado por renos. Y que después llegue la Coca-Cola para enseñarnos que este simpático gordete viste de rojo y que su bebida favorita es su refresco... es de juzgado de guardia.

Pero lo peor de todo es que somos tan tontos como para tragarnos ambas milongas y que relacionásemos la época navideña con estúpidos gorritos rojos.
¿Somos tan sumamente borregos como para dejarnos llevar por lo que dictan los gurús del marketing y las ventas?
Pues parece ser que si.
Si San Nicolás levantara la cabeza...

2 comentarios:

  1. Te has empeñao y al final has decidido cambiarle las ropas al Papa Noel.
    Esta historia ya es conocida, pero no por todos.
    Es muy interesante que la hayas publicado para que la gente pueda conocerla.

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  2. Cambiarle las ropas a Papa Noel no... cambiarlo todo y ponerlo en su sitio, en donde debe de estar, venerado como lo que es en realidad: un santo cristiano con su onomástica el 6 de diciembre. Y no en Nochebuena.
    Nochebuena es para quien, verdaderamente debe de ser. Y para celebrar lo que verdaderamente se celebra.

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