sábado, 22 de junio de 2013

CAMBIOS

   Hace tiempo que no escribo nada por este blog. Y no ha sido por falta de acontecimientos importantes. No. Más bien es por la facilidad y agilidad que he encontrado en otros medios y redes sociales, para expresar mí día a día de una manera rápida y ágil. Pero siempre termino recurriendo a mi blog para compartir las cosas más importantes. Esa puerta hacia mí interior que dejo entreabierta para todo aquel que se quiera acercar a leer.
    Me resulta un tanto paradójico, como dos términos, que en principio podrían interpretarse sin relación alguna entre sí, pueden llegar a coexistir e incluso que uno sea condición para que exista el otro. Me refiero a LIBERTAD y SOLEDAD.
   Cuando uno tiene tiempo para pensar y reflexionar sobre su vida, puede llegar a conclusiones que en otras condiciones, o en otra etapa de la misma, no llegaría nunca. Y ese es mi caso últimamente. Por lo que concluyo, y hoy en día afirmo, que en el fondo, la soledad te hace libre.
Considero que mi vida está pasando una etapa de transición entre, una época en la que tenía una felicidad relativa y…
Todavía no sé a dónde llegaré. Pero sí sé, que estoy solo y me siento libre.
   En esta vida he dejado atrás a personas que no me merecían que siguieran a mi lado. Otras han optado libremente, de manera acertada o no, por dejarme marchar. Y otras están que, ni a  sol, ni a sombra. Vamos, que por mí, que no se molesten…
Tan bien es verdad, que sigo contando con mi gente. Los que siempre están ahí, los que nunca fallan. Y que, estoy convencido, de que otras personas vendrán y puede que igualmente se queden. El caso es que anhelo de esas personas, y cito la reflexión de una salmantina haciéndola mía, pues la comparto, que “Sean activas, interesadas por temas muy diversos, que no se queden en pensamientos o palabras, sino que intenten cambiar las cosas. Ocurrentes, autenticas, coherentes,… Capaces de enfrentarse con fuerza y una sonrisa al día a día.” Ya no estoy para juegos de patio de colegio. No quiero perder más el tiempo.
   
   Como he mencionado antes, me encuentro en época de cambios. O más bien, en una etapa en la que deseo, necesito, esos cambios. Como ese barco a la deriva por falta de vientos que hinchen las velas y le permita avanzar. A donde sea, pero avanzar.
   Son muchos los aspectos que me piden, internamente, ese nuevo aire para seguir. Algunos no requieren de mucho. Reformitas sin importancia. Pero otros, requieren obras de gran envergadura y alto coste.
Por suerte, cada vez tengo, o esa es mi sensación, menos ataduras que me impidan evolucionar. Ya hay poco lastre que soltar. Ya que la mayoría de ese lastre me lo ha quitado de un plumazo, la SOLEDAD.
   Bien es cierto, que es la propia vida la que de manera forzosa me ha impuesto este estado. Pero que, y no lo niego,  voluntariamente mantengo. ¿Hasta cuándo? El futuro lo escogerá por mí. Que ya he aprendido que si fuerzas el destino, acabas obteniendo lo que no querías.
   Sea lo que sea…  ¡aquí estoy!    

miércoles, 11 de abril de 2012

Mis Trabajaderas (IV)

Jerusalén, Israel. Año 33 dC. 

“Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente, por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato se lo permitió. Entonces fue y se llevó el cuerpo de Jesús. Llegó también Nicodemo, aquel que al principio fue a buscar a Jesús de noche […]” (Jn 19, 38-39).

Viernes de dolor y desamparo. El Hijo del Hombre ha muerto en la cruz y es preciso bajarle y llevarle al sepulcro antes de que de comienzo el Sabbat.

Alcalá de Henares, Madrid. 6 de Abril de 2012 dC. Viernes Santo.

Tiempo nublado es el que me encuentro cuando llego a la comunidad de Madrid, proveniente del apacible tiempo subtropical de la costa granadina.
La Semana Santa está trascurriendo dentro de lo planificado. El Domingo de Ramos hice estación de penitencia en Albatera, el lunes y martes posteriores en Motril y hoy viernes me toca realizarla con mis hermanos del Sagrado Descendimiento de Ntro. Señor Jesús. Cofradía que junto a Ntra. Sra. De la Soledad Coronada, hace que Alcalá se convierta, en la tarde del Viernes Santo, en lugar de oración y respetuoso silencio.

Ya tenia yo ganas de que llegara este día, esta tarde y este momento. De presentar mis respetos ante mis titulares y pedirles fuerzas para hacer una estación de penitencia a la altura de las circunstancias.
Al llegar a la puerta de la iglesia me invade la alegría que me contagian mis hermanos. Los cuales estaban pendientes de mi viaje por carretera y que llegara a tiempo. Pero sobre todo que llegara sin problemas por el camino.
Minutos de esparcimiento con los compañeros, con la familia y los amigos allí reunidos antes de pasar a la iglesia para prepararnos el costal. Momentos de compartir alegrías y vivencias de esta Semana Santa. La cual se ha vivido de muchas maneras, en función de si la climatología a respetado o no.

Y a la orden del capataz nos despedimos de nuestros seres queridos y vamos entrando a una de las habitaciones de la iglesia. Nervios y emoción es lo que se puede respirar en ella. Los costaleros, concentrados en el trabajo, comenzamos a hacernos la ropa, a fajarnos y hacer ejercicios de calentamiento y estirando los músculos. La noche es larga y hay que estar preparado.
Conducidos por Carlos, nuestro capataz, nos reunimos en otra de las dependencias para recibir las últimas indicaciones para la salida. Palabras de ánimo salen de su boca y hacen estremecer nuestros corazones y almas. Estamos preparados anímica, emocional y físicamente. Llega el momento de bajar hasta el paso y situarnos bajo él.

Suena el llamador. Tres golpes de atención. Un golpe, al palo. Otro más, riñones. Y el último, arriba. 
Comienza nuestra estación de penitencia. Poco a poco nos acercamos al dintel de la puerta. Cuerpos a tierra y comenzamos lentamente a salir de la iglesia. La banda que acompaña a Ntra. Señora entona los acordes del Himno Nacional para nuestro Cristo. Esta es la única marcha que escuchará durante la noche. 
Pero ¿qué mejor música que la que hacen las zapatillas al rozar el suelo? Las cuales van llenando el aire de mudas oraciones de aquel que las calza.
¿O el crujir de las trabajaderas sobre el costal? Que nos recuerda el sufrimiento del Nazareno bajo el peso de la cruz camino de su cruel destino. 
¿O el tintineo de unas bambalinas golpeando los varales de palio? Como campanillas celestiales movidas por ángeles. 

Con paso firme, valiente y reposado nos adentramos en el casco viejo de Alcalá. Son momentos de oración, de peticiones y de recordar a los que ya no están a nuestro lado. Horas de pasión y sufrimiento bajo las trabajaderas. Estación de la más pura penitencia. Noche en la que, las calles de Alcalá, se convierten en el Gólgota mudo y sus gentes en esos discípulos desamparados que observan como bajan el cuerpo inerte del Maestro.
A veces nos llegan desde lejos, los acordes de la música que acompaña a la Madre y nos la imaginamos avanzando, portada por nuestros hermanos, con elegancia y maestría tras su Hijo. Haciendo que toda la gente que sale a su paso la colmen de plegarias y oraciones de intercesión por ellos. 

Poco a poco, paso a paso llegamos de vuelta al templo. El frio aire se cuela bajo los faldones del paso, enfriando nuestros cuerpos y corazones. Ya queda poco para dar por finalizado el buen trabajo hecho esta noche. Subimos la rampa y de vuelta el cuerpo a tierra para llevarle hasta su casa. Silencio en su interior, roce de zapatillas y el eco de las órdenes del capataz. Ha llegado el momento de la última revirá, derecha adelante, izquierda atrás para llevarle a su capilla.

Ganas de terminar y poder dar un fuerte abrazo a mis hermanos de trabajaderas, a mi capataz y a sus contraguías. 
Ganas de que pasen pronto los meses y volvamos a ensayar para el siguiente año. 
Ganas de volver a repetir esta noche inolvidable. 
Ganas de compartir con mis hermanos oraciones y silencio bajo el paso. 
Ganas de volver a estar con mi nueva gente, con mi nueva cofradía. 

Suena el llamador por última vez en la noche. 

Señores, AHÍ QUEDO!!

Mis Trabajaderas (III)

Albatera, Alicate. 

Siete y media de la tarde del domingo 1 de abril. Domingo de Ramos. Y estoy fajándome en una calle junto a la ermita de Ntra. Sra. Del Rosario, patrona de la ciudad. 

¿Quién me iba a decir a mí que la Semana Santa del 2012 arrancaría para mí de esta forma? Pero vamos, que debería de habérmelo imaginado cuando mi amiga, mi “hija” Rocío me informó, allá por el mes de agosto del año anterior, que ya estaban tallando la imagen cristifera de su hermandad: Ntro. Padre Jesús de la Salud. Y este año es el primero que sale acompañando a su madre, María Stma. de la Esperanza.
Esta jovencísima cofradía de tan solo 4 años de edad, por fin pone en la calle su segundo paso de estilo granadino en sus trabajaderas. El fruto del esfuerzo y el trabajo se ha materializado en la imponente talla del maestro sevillano Mariano Sánchez del Pino, que nos muestra a un nazareno portando su cruz a la inversa de la forma a la que estamos acostumbrados a ver.

Como digo es hora de fajarse. Algunas miradas de nervios de los demás hermanos, y hermanas, se cruzan conmigo y me recuerdan a la mía en mi primera salida. Esta claro que están emocionados por salir con el Maestro por primera vez. Y sin saber como, empiezan a contagiarme de esos nervios callados y colectivos.
Pasamos al interior de la ermita para que los capataces nos diesen las últimas indicaciones referentes a la salida. Un par de oraciones y vivas a los titulares y a la patrona de Albatera. Tras lo cual, nos dirigimos juntos a la iglesia de Santiago y nos encontramos con la plaza repleta de gente, todos con ganas de ver salir a la calle por primera vez, al Maestro. Y en el interior, nuestros titulares preparados para salir. Candelería encendida para Ella y cirios morados para Él se van a encargar de iluminarles.
Ella, elegante y guapa como ninguna, observa como nos vamos metiendo bajo las trabajaderas de su Hijo. Y su manto verde bordado en oro cubrirá de esperanza las calles de Albatera. 

Suena el llamador y se levanta el paso. Poco a poco vamos avanzando lenta pero decididamente hasta la capilla de Ntra. Sra. Del Carmen para presentarle nuestros respetos. Derecha adelante e izquierda atrás para enfilar la salida del templo. Salida complicada a gatas para poder salvar el dintel y poder llevar a Nuestro Padre a la calle. Suenan los primeros acordes de la Marcha Real y empieza la magia. Llantos bajo el paso suenan tras de mi. Es un momento que todo aquel que lo vive por primera vez no lo olvida nunca. Son muchas las sensaciones que se experimentan en esos momentos. Los acordes de la música resonando dentro del paso, el crujir de las trabajaderas sobre los hombros, el olor a incienso que se cuela por los respiraderos y la suavidad de caminar lentamente, con paso decidido, el izquierdo siempre por delante. Roce de zapatillas sobre el suelo al ritmo de la música, que inunda la plaza. Las ordenes del capataz y de los contraguías para enfilar la empinada rampa que nos baja hasta la plaza.

Poco a poco llegamos al primer giro. Derecha adelante, izquierda atrás, aliviando el giro que tenemos que seguir avanzando para dejar salir al palio. Y por fin de frente con paso decidido, valiente, reposado y firme. Como debe de andar el Maestro. Suena el llamador y así finaliza la primera chicotá de esta joven cuadrilla.
Chicotá a chicotá, marcha a marcha, avanza el paso de Cristo por las estrechas calles del pueblo. Recorriendo sus barrios y encontrándose con otras hermandades que salen a su encuentro para mostrarle sus respetos y hacerle llegar sus oraciones. Levantás emotivas dedicadas por el capataz que hacen que las lagrimas sordas sigan regando las mejillas de los costaleros.

Una joven cuadrilla con casta, arte y valentía, que sabe andar como los ángeles, se convierte esa noche en los pies del Padre en la tierra. Una cuadrilla que con sus costeros y su paso racheao hacen materializar la música que suena imponente tras ellos. Cuadrilla enamorada de su Maestro y que nunca pierde su Esperanza. Cuadrilla que sabe trabajar bajo el paso como la más antigua que te puedas encontrar. Cuadrilla llena de ilusión y ganas de seguir adelante año tras año. En definitiva, cuadrilla de lujo, a la que tengo el honor de pertenecer, pues he sido acogido en ella con los brazos abiertos desde el minuto cero.

Pasa la noche, pasan las horas y nos volvemos a encontrar de vuelta en la iglesia. La empinada rampa nos da de nuevo la bienvenida y el dintel nos pide el último esfuerzo de la noche. Ya estamos dentro. Todo se ha terminado. La mágica noche ha concluido. Pero esto solo ha hecho nada más que empezar. La Semana Santa de Albatera ha dado comienzo con arte y buen trabajo. Comienzo de lujo.

Señores, AHÍ QUEDO!!

domingo, 5 de febrero de 2012

Me gustaría

   Por primera vez voy a realizar un copia/pega de un texto que navega por la red.
Es de autor anónimo y recoge a la perfección la labor que realiza un Técnico de Emergencias.

"Me gustaria que pudieras comprender el terror de una mujer, a las 3 de la mañana, mientras busco pulso en su marido de 40 años y no lo encuentro. Inicio RCP de todas maneras, esperando traerlo de vuelta, sabiendo intuitivamente que es demasiado tarde. Pero deseando que su mujer y su familia sepan que se hizo todo lo posible para tratar de salvar su vida.

Me gustaria que pudieras estar en la sala de urgencias cuando un medico declara muerta a la hermosa niña de 5 años que he estado tratando de salvar durante los ultimos 25 minutos. Esa niña que nunca ira a una primera cita, ni volvera a decir las palabras "Te quiero,mama".

Me gustaria que pudieras conocer la frustacion que siento en la ambulancia, con el tecnico pisando el acelerador hasta el fondo,mi mano tocando y tocando la sirena,mientras tu no te haces a un lado ni cedes el paso en una interseccion o en una retencion de trafico.

Sin embargo, cuando nos necesitas, el primer comentario al llegar sera: "¿Por que habeis tardado tanto? ".

Me gustaria que pudieras conocer mis pensamientos mientras ayudo a sacar a una chica de los restos de su coche. "¿Y si fuera mi hermana, mi prima o una amiga? ¿Cual va a ser la reaccion de los padres cuando contesten al telefono y sea la policia?".

Me gustaria que pudieras saber lo que se siente al enviar a compañeros a un aviso, y que se nos detenga el corazon cuando no responden al llamarlos, o recibir la espeluznante llamada de auxilio de un niño o una mujer.

Me gustaria que pudieras entender el desgaste fisico, emocional y mental de las comidas perdidas, el sueño interrumpido y los amigos y actividades sociales abandonadas, ademas de todas las tragedias que mis ojos han visto.

Me gustaria que pudieras conocer la satisfaccion personal que produce el ayudar a salvar una vida, o ser capaz de estar ahi en momentos de crisis, o de crear orden donde solo habia caos total.

Me gustaria que pudieras entender lo que se siente al tener a un niño pequeño tirando de la manga y preguntando "¿Esta bien mi mama?" sin siquiera poder ser capaz de mirarle a los ojos sin lagrimas en los tuyos propios, y no saber que decir. O tener que hacer a un lado a una persona que ve a su amigo recibiendo ventilacion asistida mientras se lo llevan en una ambulancia. Sabes que no tenia el casco o el cinturon de seguridad puesto. Una sensacion con la que te familiarizas demasiado.

A menos que hayas vivido esta clase de vida, nunca podras entender o apreciar por completo lo que soy, lo que somos, o lo que nuestro trabajo significa para nosotros...

Sin embargo, me gustaria que pudieras."

domingo, 18 de septiembre de 2011

El mundo gira y no hay quien lo pare.

   Pues eso mismo, que el mundo gira, la vida sigue y no se puede parar. Atrás dejamos huella de nuestro paso por ella, a veces profunda y marcada, y otras más superficial. Pero siempre se deja. Del mismo modo que nos dejan en la nuestra. Personas que pasan por nuestras vidas y se cruzan y otras que deciden coger nuestro mismo sendero para caminarlo juntos.
Hay personas que pasan, en principio fugazmente, por tu camino, por tu vida y que piensas que su huella en ella es un mero bache, algo sin importancia. Pero cuando pisas ese bache te das cuenta que era algo más importante. Y buscas el siguiente, y otro y otro más. Anhelando que esos baches sean los que se conviertan en la guia que marque tu camino. Y a ser posible, compartirlo con esa persona.

   Como digo, todas las personas, que de algún modo u otro entran en contacto con nosotros, nos dejan algo de ellos en nuestra existencia. Un recuerdo, una experiencia, un sentimiento. Algo que después nos enriquece como personas y nos marca en nuestro carácter y personalidad. Y a veces esas briznas, son suficientes para levantarte la moral en momentos duros, para encontrar nuevas ilusiones por las que seguir adelante en tu rutinaria vida o para recuperar la fe en algo en lo que antes la habías perdido.
Algo tan simple y efímero como, por ejemplo, el recuerdo de una experiencia vivida, puede convertirse en la fuerza que necesitas para conseguir tus objetivos en tu vida.

    A veces es sorprendente como alguien puede cambiar su vida en lo que tardas en parpadear los ojos. Y todo depende de lo que te encuentras delante cuando vuelves a abrirlos. Puedes asignarte nuevos retos en la vida o incluso a cambiar por completo esta, con tal de conseguir lo que deseas, anhelas o amas. Pero siempre aprendiendo de los errores del pasado y comprendiendo que de todo lo malo podemos sacar algo en positivo: solo hay que detenerse un poco a pensar en ello.
Es muy posible que tras un cambio en nuestra vida podamos vernos desubicados en ella misma. Sin rumbo a seguir. Y es un buen momento para coger de nuevo con fuerza el timón y marcar uno nuevo. Incluso con nueva tripulación que nos acompañe en la tarea.
El caso es que todo lo que hagamos, digamos o pensemos va a estar destinado a conseguir un único fin en la vida: ser ¡FELIZ! 

   Ya es hora de levar ancla, izar la mayor, trincar la mesana y sujetar con fuerza la rueda del timón, que ya está la nave ubicada a barlovento y es el momento...
¡¡Buena mar!!