domingo, 31 de julio de 2011

Mis Pilares de la Vida.

   La vida del hombre es una constante toma de decisiones. Algunas nos vienen dadas por las propias circunstancias personales del momento que nos toca vivir. Pero hay otras decisiones ante las cuales, el hombre se tiene que parar un momento para meditarlas detenidamente. Son decisiones que nos cambian la vida en un sentido o en otro. Y son las que marcan el carácter y personalidad de alguien.

   Como digo, a lo largo del día tomamos decisiones, a veces sin darnos cuenta: ¿hoy me tomo el café con leche o hielo? ¿Paso por tal calle o voy por otra? ¿Esta camiseta o esa camisa?. Pero ¿qué pasa cuando es tu propia vida la que te obliga a cambiar de manera drástica y casi traumática?

   La propia existencia del hombre pone a este, a veces, a prueba. Y siempre es como consecuencia de algún elemento ajeno a él que provoca un punto de inflexión en su vida.
Desde el punto de vista colectivo, una guerra, una catástrofe natural o una epidemia provocan cambios en una sociedad y con ellos, tomas de decisiones importantes que regirán el futuro de dicha sociedad.
Y en el plano individual, no tenemos que buscar necesariamente ejemplos como los anteriores. A veces un hecho banal puede tener, a escala individual, el mismo efecto que uno de mayor magnitud en una sociedad.

   Estos "mini desastres" nos rodean a diario. Pero no nos damos cuenta de la magnitud que tienen para la persona que los padece hasta que no nos toca a nosotros.
Pensamos que somos inmunes en nuestra propia vida y que eso no nos puede pasar a nosotros. Vivimos en nuestro mundo particular y nadie nos lo puede alterar. Pero no es así.
Cimentamos nuestras particulares vidas en pilares solidos como la Confianza, la Amistad, el AMOR o la Verdad. Son pilares solidos, pero la forma en la que los interconectamos para que sean más fuertes, es lo que a veces, se convierte en su punto débil. Y cuando uno cae... el desastre.

   Es posible que no nos percatemos que uno de los pilares está siendo impunemente minado, puesto que puede verse oculto por otro u otros pilares.
Y cuando tu vida se ha desmoronado, es cuando buscas impotente entre los escombros, respuestas al porqué de tan trágico suceso. Y es posible encontrarlas. Incluso a la causa del colapso y su culpable.
Y es entonces cuando vuelves a tomar decisiones para reconstruir tu vida. O quizás para hacerla desde 0.

   Sea cual sea el caso, si reconstrucción o nueva edificación, necesitamos unos pilares.
Pero claro, después de tan desastroso resultado, incluso te planteas el reconsiderarlos como válidos. O incluso sustituirlos por otros distintos.
La Amistad puede verse dañada y es posible que se repare eliminando ciertos elementos y siendo más riguroso. Esto implica que personas de tu entorno ya no forman parte de ese pilar, que los que hay se refuercen y los que vengan tengan que pasar por un baremo más exigente.
¿Cuanto de exigente? Esto dependerá de otro de esos cimientos: la Confianza.
En mi opinión es el más importante, ya que sustenta a los demás. Sin confianza no hay amistad o amor. Y cuando esta es débil o se ha dañado mucho, puede favorecer que la amistad sea sustituida por el compañerismo y el amor por simple cariño.
Como digo, la Confianza es importante y es muy fácil de mantenerla fuerte y firme. Solo basta con alimentarla con la Verdad. Pero ese también es su talón de Aquiles. Porque cuando la verdad está adulterada o no es real, consigue que la confianza se debilite e incluso se destruya.

   Lo que si está claro es una cosa: cuando consigues encontrar a los culpables de tu particular desastre, automáticamente dejan de formar parte de tu Confianza. Y estarán desterrados en el exilio de la desconfianza durante mucho tiempo, o incluso para siempre.
¿Y qué hay en ese exilio? ¿Puede haber compañerismo? Sí, pero no Amistad; ¿puede haber cariño? Sí, pero no AMOR; ¿puede haber Confianza? NO.

   Asentadas las nuevas bases, llega la hora de seguir con la tarea.
Cuando un senderista se pierde suele tener dos opciones principales: seguir por el camino que llevas o retroceder hasta la anterior -o anteriores- bifurcaciones y seguir un nuevo camino.
Pues con nuestras vidas pasa algo similar. Podemos seguir con nuestra vida tal cual una vez reparada o retomar opciones descartadas anteriormente, solo por el hecho de que no entraban en nuestros planes.
Como en esta vida no es solo blanco o negro, sino que existen más colores, existen por tanto más opciones.
Así pues, puedes seguir un camino de vida sin dejar de vigilar los caminos vecinos o paralelos. Con la intención de poder cambiar de uno a otro en función de las circunstancias. O hasta que te decidas que camino escoger definitívamente... hasta el siguiente desastre. 

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