domingo, 6 de febrero de 2011

Decepción.

Erase una vez un productor de espectáculos que, para celebrar un acontecimiento importantísimo en su empresa, decide organizar algo extraordinario. Algo que nunca antes había realizado y que espera que recuerde para la posteridad.
Y como antes no había organizado un pase de modelos, pues se le ocurre que seria algo innovador.
Pues bien. Llega el momento de elegir a un diseñador para poder mostrar su obra ese día.
Buscan entre la oferta de diseñadores y grandes modistos y se decantan por uno que creen sera el que le de ese toque especial que buscan. Es un gran diseñador que ha trabajado para otras pasarelas y que tiene fama de tener chispa creativa y facilidad para desenvolverse entre telas y patrones. Además, este diseñador crea exproceso para ese desfile en cuestión y su forma de trabajar se reconoce por la exclusividad.
No es como otros diseñadores famosetes que son muy influenciables en su trabajo y que a veces copian el trabajo de los demás, le cambian cuatro pespuntes y corriendo con la prenda nueva. No, este no. Lo que se vea ese día es solo y exclusivamente para ese día.

El productor y sus colaboradores muy contentos por la elección que han hecho, preparan el evento con sumo detalle y lujo.
Todo esta preparado. El escenario, la música, la iluminación, todo.
El evento ha tenido repercusión mediática y acuden numerosos invitados, tantos versados en la materia, como profanos en ella. Pero nadie quiere perderse ese gran día.

Y llega el momento esperado. Las modelos empiezan a salir y a desfilar por la pasarela. Y llega la sorpresa que nadie se esperaba: la ropa con la se inicia el desfile es la misma que hace cuatro años se lucio en otro evento de las mismas características.
Decepción.
A continuación siguen saliendo prendas que antes no se han visto, pero claro, si no has tenido la oportunidad de poder ver toda la obra de ese diseñador, ya te queda la duda interior de saber si todo lo que estas viendo es original o no.
Ahora, el famoso diseñador creativo ha pasado a convertirse en un sastrecillo con bastante maña.

¿Qué moraleja podemos aprender de este cuentecillo?. Pues que a veces nos dejamos llevar por la fama que precede a los profesionales y no nos paramos a cuestionar si realmente hace bien su trabajo, como para que sea tan conocido.
Hay momentos que es más preferible confiar en el entorno cercano y no dejarse llevar por el famoseo. Que no todo el monte es orégano.

Pd: Esta historieta es pura ficción y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

3 comentarios:

  1. Convendremos todos que hasta un afamado modisto, con larga experiencia, de reconocido prestigio y con una dilatada carrera, también pudiera o pudiese equivocar. Si la decepción viene por ver en la pasarela ropa que ya se ha visto, entiendo que la decepción es menor ya que ver obras de arte por dos veces no conlleva un menor prestigio para el artista. Y si el que visita la pasarela y se le supone también avezado siempre sabrá distinguir entre obras de arte ya expuestas anteriormente y cuales son de nueva creación, no dando lugar a la sospecha pues también se le supone puesto en la materia.
    Si hacemos réplica de la moraleja es como decidir si ir a un concierto de los ya vejetes Rolling Stones o a uno de cualquier orquesta que recorren la geografía nacional por todos los pueblos, con perdón y respeto hacia ellos. Los Rolling siempre serán los Rolling por muchos años que pasen y el productor hizo bien en asegurarse el lleno con un afamado modisto que en ningún caso se convierte en un sastrecillo porque tiene más que demostrada su trayectoria.
    El productor hizo bien, puso las miras muy altas y se aseguró un lleno absoluto, si hubiese llamado a la modista de mi barrio que cose los bajos de los pantalones a las tiendas de la zona y aficionada al diseño, seguro que no hubiese ido nada más que la familia de esta buena señora y los organizadores del evento. Demostró que si quiere garantizarse el éxito tiene que apostar fuerte y no acudir a lo que todavía están por demostrar lo que pueden llegar a ser.
    ¿Qué moraleja saco yo? Que el que no se arriesga no gana y el productor ganó. El experto en moda supo distinguir lo nuevo de lo de otra temporada. Supo sorprenderse con lo nuevo y volver a deleitarse con lo viejo. Lleno absoluto. Éxito rotundo. Y lo más importante, la mediocridad para los mediocres.
    Como bien dices, la realidad es otra cosa y creo que las realidades hay que hacerlas coincidir con lo bueno.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Es verdad Carlos: errar es de humanos.

    En la decisión sobre el concierto no me pones en un aprieto. Los Rolling Stones no me convencen, son demasiado comerciales para mi gusto y demasiado pasados con los polvitos blancos de via nasal... ya me entiendes, no?
    Y, personalmente, los yonkis no me molan...

    Ademas, para ir a un concierto que solo se escuche lo mismo, concierto tras concierto, pues prefiero apostar por grupos nuevos que siempren hacen cosas nuevas y con menos aires de grandeza. Y que tambien merecen su oportunidad, como la modista del barrio, no crees?
    Nunca se sabe del potencial que tenemos cerca si no se le da la oportunidad de salir más allá de los limites en los que se encuentra confinado.

    Llevas razón, las realidades hay que hacerlas coincidir con lo bueno.

    Un saludo.

    ResponderEliminar