miércoles, 11 de abril de 2012

Mis Trabajaderas (III)

Albatera, Alicate. 

Siete y media de la tarde del domingo 1 de abril. Domingo de Ramos. Y estoy fajándome en una calle junto a la ermita de Ntra. Sra. Del Rosario, patrona de la ciudad. 

¿Quién me iba a decir a mí que la Semana Santa del 2012 arrancaría para mí de esta forma? Pero vamos, que debería de habérmelo imaginado cuando mi amiga, mi “hija” Rocío me informó, allá por el mes de agosto del año anterior, que ya estaban tallando la imagen cristifera de su hermandad: Ntro. Padre Jesús de la Salud. Y este año es el primero que sale acompañando a su madre, María Stma. de la Esperanza.
Esta jovencísima cofradía de tan solo 4 años de edad, por fin pone en la calle su segundo paso de estilo granadino en sus trabajaderas. El fruto del esfuerzo y el trabajo se ha materializado en la imponente talla del maestro sevillano Mariano Sánchez del Pino, que nos muestra a un nazareno portando su cruz a la inversa de la forma a la que estamos acostumbrados a ver.

Como digo es hora de fajarse. Algunas miradas de nervios de los demás hermanos, y hermanas, se cruzan conmigo y me recuerdan a la mía en mi primera salida. Esta claro que están emocionados por salir con el Maestro por primera vez. Y sin saber como, empiezan a contagiarme de esos nervios callados y colectivos.
Pasamos al interior de la ermita para que los capataces nos diesen las últimas indicaciones referentes a la salida. Un par de oraciones y vivas a los titulares y a la patrona de Albatera. Tras lo cual, nos dirigimos juntos a la iglesia de Santiago y nos encontramos con la plaza repleta de gente, todos con ganas de ver salir a la calle por primera vez, al Maestro. Y en el interior, nuestros titulares preparados para salir. Candelería encendida para Ella y cirios morados para Él se van a encargar de iluminarles.
Ella, elegante y guapa como ninguna, observa como nos vamos metiendo bajo las trabajaderas de su Hijo. Y su manto verde bordado en oro cubrirá de esperanza las calles de Albatera. 

Suena el llamador y se levanta el paso. Poco a poco vamos avanzando lenta pero decididamente hasta la capilla de Ntra. Sra. Del Carmen para presentarle nuestros respetos. Derecha adelante e izquierda atrás para enfilar la salida del templo. Salida complicada a gatas para poder salvar el dintel y poder llevar a Nuestro Padre a la calle. Suenan los primeros acordes de la Marcha Real y empieza la magia. Llantos bajo el paso suenan tras de mi. Es un momento que todo aquel que lo vive por primera vez no lo olvida nunca. Son muchas las sensaciones que se experimentan en esos momentos. Los acordes de la música resonando dentro del paso, el crujir de las trabajaderas sobre los hombros, el olor a incienso que se cuela por los respiraderos y la suavidad de caminar lentamente, con paso decidido, el izquierdo siempre por delante. Roce de zapatillas sobre el suelo al ritmo de la música, que inunda la plaza. Las ordenes del capataz y de los contraguías para enfilar la empinada rampa que nos baja hasta la plaza.

Poco a poco llegamos al primer giro. Derecha adelante, izquierda atrás, aliviando el giro que tenemos que seguir avanzando para dejar salir al palio. Y por fin de frente con paso decidido, valiente, reposado y firme. Como debe de andar el Maestro. Suena el llamador y así finaliza la primera chicotá de esta joven cuadrilla.
Chicotá a chicotá, marcha a marcha, avanza el paso de Cristo por las estrechas calles del pueblo. Recorriendo sus barrios y encontrándose con otras hermandades que salen a su encuentro para mostrarle sus respetos y hacerle llegar sus oraciones. Levantás emotivas dedicadas por el capataz que hacen que las lagrimas sordas sigan regando las mejillas de los costaleros.

Una joven cuadrilla con casta, arte y valentía, que sabe andar como los ángeles, se convierte esa noche en los pies del Padre en la tierra. Una cuadrilla que con sus costeros y su paso racheao hacen materializar la música que suena imponente tras ellos. Cuadrilla enamorada de su Maestro y que nunca pierde su Esperanza. Cuadrilla que sabe trabajar bajo el paso como la más antigua que te puedas encontrar. Cuadrilla llena de ilusión y ganas de seguir adelante año tras año. En definitiva, cuadrilla de lujo, a la que tengo el honor de pertenecer, pues he sido acogido en ella con los brazos abiertos desde el minuto cero.

Pasa la noche, pasan las horas y nos volvemos a encontrar de vuelta en la iglesia. La empinada rampa nos da de nuevo la bienvenida y el dintel nos pide el último esfuerzo de la noche. Ya estamos dentro. Todo se ha terminado. La mágica noche ha concluido. Pero esto solo ha hecho nada más que empezar. La Semana Santa de Albatera ha dado comienzo con arte y buen trabajo. Comienzo de lujo.

Señores, AHÍ QUEDO!!

2 comentarios:

  1. Grandes y sabias palabras y desde aquí un costalero y compañero te doy las gracias por estas bellas palabras, y decirte que te esperamos cada año nosotros y el Maestro que con mucho gusto has portado. Un abrazo y gracias por estas palabras.
    Atentamente: Juan Antonio (el tete)

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  2. Impresionante muchacho, me has hecho llorar, hay que ver bajo las trabajaderas lo que se puede llegar a sentir.

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